31 julio 2016

Mundos perdidos de 2001, fragmentos del libro de Arthur C. Clarke

Por Arthur C. Clarke.

Fragmentos selectos del libro LOST WORLDS OF 2001, del escritor inglés de Ciencia Ficción Arthur C. Clarke (1917-2008), que se refieren a la filmación de la cinta 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick.


INTRODUCCION
Por Francisco Peña
Para redondear la información sobre la película 2001: odisea del espacio, presento una selección de textos de Arthur C. Clarke, fallecido en marzo de 2008, que contienen datos de lo ocurrido antes de la filmación para que arrojen luz sobre la cinta. No alteran el significado que contiene esta película pero complementan su entendimiento y lo enriquecen para una segunda o tercera visión posterior.
Demos la palabra a Arthur C. Clarke, el mejor escritor de ciencia ficción dura del género...

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HIJO DEL DR. STRANGELOVE
Por Arthur C. Clarke.
Cuando Stanley Kubrick me escribió en la primavera de 1964, diciendo que quería hacer "la proverbial buena película de ciencia ficción", la llegada del hombre a la Luna todavía parecía, psicológicamente, un sueño del futuro distante. Intelectualmente, sabíamos que era inevitable; emocionalmente, no lo podíamos creer.

Clarke, en la presentación de su libro 3001.

Para poner en perspectiva el inicio de 1964: hacía 11 meses que un astronauta estadounidense había estado en el espacio (Gordon Cooper - Mercurio 9); el primer vuelo Gemini con dos hombres (Grissom y Young) no ocurriría sino hasta un año más tarde; se debatía acaloradamente sobre la naturaleza de la superficie lunar, debido a la falla de las cámaras del Ranger VI, quince minutos antes de que se impactara en la Luna.

Aunque había mucha actividad tras bambalinas, y la NASA gastaba el presupuesto completo de nuestra película (10 millones de dólares) cada día, la exploración espacial parecía estar en un compás de espera. Pero los signos eran claros; con frecuencia le recordaba a Stanley -y a mí mismo- que el film todavía estaría en su corrida de estreno cuando, de hecho, los hombres caminaran en la Luna. De hecho, por ejemplo, el estreno en Toronto cubriría las misiones de los Apolo 11, 12 y 13...

Por lo tanto, nuestro problema principal era crear una historia que no se volviera obsoleta -o aún peor, ridícula- por los acontecimientos de los años siguientes. Teníamos que adelantarnos al futuro; una manera de hacerlo era irnos tan lejos del presente que no hubiera peligro de que los hechos nos sobrepasaran. Por otra parte, si íbamos demasiado lejos en el futuro existía el riesgo de perder el contacto con el público. Aunque el lema de la MGM es Ars gratia artis, no es un secreto que las compañías cinematográficas existen para hacer dinero. Teníamos que lograr una audiencia de cien millones de espectadores, con un millón más o menos, como díria el Gral. Turgidson, personaje del film Dr, Strangelove.

Aún antes de que dejará Ceylán para reunirme con Stanley en abril de 1964, había revisado mis historias publicadas en la búsqueda de una que fuera adecuada como punto de partida para una épica espacial. Casi de inmediato me decidí por un cuento corto escrito durante las vacaciones navideñas de 1948 para un concurso de la BBC. Es una historia sobre los primeros días de la exploración de la Luna, y aparece en mis libros de cuentos Expedición a la Tierra y Los Nueve Billones de Nombres de Dios. Es una introducción esencial para 2001.


NAVIDAD, SHEPPERTON
Cuando me encontré por primera vez con Stanley Kubrick en Trader Vic's el 22 de abril de 1964, él ya había absorbido una inmensa cantidad de hechos cinetíficos, ciencia ficción, y estaba en grave peligro de creer en platillos voladores; sentí que llegué a tiempo para salvarlo de ese destino terrible.
Desde el principio tenía una idea muy clara de su objetivo final, y buscaba la mejor manera de llegar a su meta. Quería hacer una película sobre la relación del Hombre con el Universo -algo que nunca se había intentado, y mucho menos logrado, en la historia del cine. Claro, existía ya una innumerable cantidad de "películas del espacio", la mayor parte de ellas basura. Aún las pocas que se habían hecho con cierta habilidad y veracidad eran muy sencillas, pues se preocupaban más por la excitación juvenil del vuelo espacial que por las implicaciones profundas para la sociedad, la filosofía y la religión.

Stanley estaba consciente de ésto, y estaba determinado a crear una obra de arte que provocara emociones de asombro, maravilla e inclusive... terror. Ya he descrito como se dedicó a ésto ("Hijo del Dr. Strangelove, o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar a Stanley Kubrick", reimpreso en Report on Planet Three, Harper & Row). Su éxito ha sido registrado o criticado en millones de palabras habladas o escritas, siendo un ejemplo de ellas la recopilación hecha por Jerry Agel en el libro The Making of Kubrick's 2001 (New American Library). Mi tema aquí no es la película sino la novela como un trabajo independiente, aunque fue creada específicamente como la base de la cinta.


Este proceso es el inverso de lo que ocurre normalmente. La mayor parte de las películas son adaptaciones de novelas ya publicadas, de preferencia las que son bestsellers por lo que tienen una garantía en taquilla. Dos buenos ejemplos son Gone with the wind / Lo que el viento se llevó y Dr, Zhivago. Otras películas están basadas en guiones escritos específicamente para ellas y no existe una versión en novela. Todos los films de Chaplin, Citizen Kane y Lawrence de Arabia están en esta categoría. Fueron concebidos como películas desde el principio al final; lo único que existe en papel es el guión y el guión de filmación por tomas.

Algunos directores geniales inclusive han llegado a olvidarse de los guiones. Aunque parezca increible, se supone que David W. Griffith llevó en su cabeza la historia completa de Intolerancia. Creo que a Stanley le hubiera gustado hacer lo mismo con 2001, y yo dudaría mucho en decir que, para él, eso fuera hipotéticamente imposible. Pero en la práctica si era imposible, por la sencilla razón de que debía tener un tratamiento completo para mostrárselo a los inversionistas. Los bancos y las compañías cinematográficas piden más que unas simples notas en un trozo de papel antes de desembolsar sus amados millones.

Un guión no es una obra de arte, aunque su producción requiere de una habilidad considerable. Tiene una relación parecida con la película como una partitura a un concierto sinfónico. Hay personas que pueden leer la partitura y "oir" la sinfonía, pero no habrá dos directores que vean las mismas imágenes cuando leen un guión. Los patrones bidimensionales de la luz y el color son más complejos que el hilo unidimensional del sonido, que puede ser, en principio, descrito en papel. A menos que el escritor sea el director, todo tiene que ser especificado hasta el detalle más aburrido; por lo que no sorprende que la lectura de los guiones sea tan tediosa como su escritura.




Aunque apenas estaba consciente de este hecho en 1964, Stanleny lo conocía muy bien. Sugirió que, antes de embarcarnos en los detalles del guión, dejaramos volar nuestra imaginación desarrollando primero la historia en forma de novela. Para ésto teníamos que crear más fondo del que se iba a usar en la película. No importaba. Todo buen novelista "sabe" más de lo que escribe: todo cineasta debería de estar consciente de un universo más grande que su propio guión.

Después de varios arranques en falso y maratones de plática de doce horas, a principios de mayo de 1964 Stanley aceptó que "The Sentinel / El Centinela" era un buen material para la historia. Pero nuestro primer concepto contemplaba trabajar hasta el descubrimiento de un artefacto extraterrestre como el clímax, no el principio, del argumento. Antes de eso tendríamos una serie de aventuras dedicadas a la exploración de la Luna y los Planetas.

Así que regresé a mi archivo de cuentos para encontrar material que encajara en este patrón. Regresé con cinco: "Breaking Strain" (de Expedition to Earth); "Out of the Cradle, endlessly orbiting...", "Who's there?", "Into the Comet" y "Before Eden" (todos de Tales of Ten Worlds).

El 28 de mayo de 1964 le vendí el lote a Stanley y firmé un acuerdo para trabajar en la película. Nuestro cronograma inicial era muy optimista: escritura del guión, 12 semanas; discusión de éste, 2 semanas; revisión, 4 semanas; arreglo final, 4 semanas; arte y visualizaciones, 20 semanas; filmación, 20 semanas; corte y edición, 20 semanas. Un total de 82 semanas. Otras 12 semanas antes del estreno, el total llegaba a 94, o sea, casi dos años completos. Estaba muy deprimido por esta cantidad de tiempo, ya que siempre quiero regresar a Ceylán lo más pronto posible; que bueno que ninguno de los dos adivinó la duración real del proyecto: cuatro años...

El resto de 1964 transcurrió en una lluvia de ideas. Mientras desarrollabamos nuevas ideas la concepción original fue cambiando lentamente. "The Sentinel" se convirtió en el inicio y no el final; uno por uno, los cinco cuentos fueron descartados. Un años después decidí que (no necesariamente en ese orden) (a) no era justo que Stanley pagara por algo que no necesitaba y (b) estas historias podían ser una buena película en el futuro, así que le volví a comprar los cuentos...

El titulo anunciado del proyecto, cuando Stanley habló de éste a la prensa, fue Journey Beyond the Stars. Nunca me gustó, porque ya había muchos Viajes en la ciencia ficción. De hecho, la épica del espacio interior Fantastic Voyage / Viaje Fantástico, con Raquel Welch y un elenco de apoyo de diez mil glóbulos sanguíneos, también se producía en este tiempo. Otros títulos que pensamos pero eran fallidos fueron Universe, Tunnel to the Stars y Planetfall. No fue sino hasta once meses después de haber comenzado -abril 1965- que Stanley seleccionó 2001: A Space Odyssey / 2001: odisea del espacio. Por lo que recuerdo, fue idea suya.


A pesar de la presión del trabajo (un día de doce horas era considerado vacaciones) llevé una bitácora detallada de toda la operación. Quizás estos fragmentos puedan comunicar el ambiente de esos días:

- Mayo 28, 1964. Le sugerí a Stanley que "ellos" podrían ser máquinas que vieran a la vida orgánica como una horrorosa enfermedad. Stanley piensa que es atractivo y cree que tenemos algo.
- Junio 20. Terminé el capítulo inicial, "View from the Year 2000", y comencé la secuencia del robot.
- Julio 1. Ultimo día de trabajo en Time/Life, para completar Man and Space. Llegada a una nueva suite, 1008, en el Hotel Chelsea.
- Julio 9. Pasé toda la tarde enseñándole a Stanley a usar la regla de cálculo (slide rule). Está fascinado.
- Julio 12. Ahora tenemos todo, excepto el argumento.
- Julio 28. Stanley: "Lo que queremos es un tema sorprendente de grandeza mítica".
- Agosto 1. El Ranger VII se impacta en la Luna. Desvelado hasta tarde para ver los primeros close ups televisivos. Stanley se preocupa sobre las sondas a Marte. Supongamos que muestran algo que derriba nuestro argumento. Después, él consultó a Lloyd's de Londres para ver si se podía asegurar contra esta eventualidad.
- Agosto 6. Stanley sugiere que hagamos femenina a la computadora y llamarla Athena [nota traductor: origen de SAL9000 en 2010].
- Agosto 17. Por fin, también tenemos el nombre de nuestro héroe: Alex Bowman. Hurra.
- Septiembre 29. Soñé que la filmación había comenzado. Cantidad de actores esperando, pero yo todavía no se cual es la trama...
- Noviembre 20. Sesión con Stan. Argumentos sobre las primeras tendencias vegetarianas del hombre contra las carnívoras. Stan quiere que nuestros visitantes conviertan al Hombre en carnívoro; argumenté que siempre lo fue. De regreso al Chelsea le telefoneé a Isaaac Asimov para discutir la bioquímica de convertir a vegetarianos en carnívoros.
- Diciembre 10. Stanley llamó después de ver Things to come, de Cameron Menzies, basada en H. G. Wells, y dice que nunca verá otra película que yo le recomiende.


- Diciembre 21. Stanley pasó gran parte de la tarde planeando su campaña para el Oscar de Dr. Strangelove. Yo regresé al Chelsea para encontrar un recado de Allen Ginsberg invitándome a reunirme con él y William Burroughs en el bar. Así lo hice, en busca de inspiración.
- Diciembre 25. Stanley feliz con los últimos capítulos y convencido de que hemos extendido el rango de la Ciencia Ficción.

Por estas notas parecería que para la Navidad de 1964 la novela estaba terminada, y que sería fácil desarrollar el guión. En realidad, lo que teníamos era un boceto de las primeras dos terceras partes del libro, frenados en la parte más emotiva. Logramos llevar a Bowman a la Puerta de las Estrellas, pero no sabíamos que seguía más que de un modo muy general. Sin embargo, este manuscrito le permitió a Stanley negociar con MGM y Cinerama. Journey Beyond the Stars fue anunciada con bombo y platillo.

En la primavera de 1965 seguimos revisando y extendiendo la novela, y mandamos a la basura -una y otra vez- secciones completas que alguna vez pensamos que eran las finales y completas. Durante este tiempo Stanley estaba contratando al staff, negociaba con los actores y técnicos, y lidiaba con los millones de problemas que surgen en la producción de una película, aún la más sencilla.

La velocidad de los acontecimientos fue tal que sólo una pequeña parte de ellos llegaba hasta mi bitácora y, por suerte, sólo unos cuantos tenían que ver directamente conmigo. Mi trabajo principal era pulir la novela, aunque constantemente estaba envuelto en discusiones técnicas con los artistas y el equipo de producción.

- Marzo 8, 1965. Lucho para frenar a Stanley de que regrese al Dr. Poole de entre los muertos. Tengo miedo de que su obsesión con la realidad haya vencido a sus instintos artísticos [Nota Traductor: el personaje del Dr. Poole vuelve a la vida en la novela 3001: odisea final, de Clarke].
- Abril 19. Fuí a la oficina para llevar cerca de tres mil palabras que Stanley no había leído. El lugar tiene mucha actividad: cerca de 10 personas ya trabajan allí, incluidos dos del equipo de producción de Gran Bretaña. Las paredes están cubiertas por dibujos impresionantes y ya me siento un personaje menor allí. Un psicótico que insiste en que Stanley "debe" contratarlo ha estado sentado en una banca del parque, fuera de la oficina, por dos semanas, y ocasionalmente se acerca al edificio. Stanley ya ocultó un impresionante cuchillo de caza en su portafolio.
- Mayo 1. Descubrí que se desató un incendio en el tercer piso del Hotel Chelsea. Esperé ansiosamente en el lobby mientras los bomberos lo apagaban... visiones de la única copia completa de la novela volaba en cenizas...
- Mayo 3. Terminé el primer borrador de la secuencia de la antena parabólica...
- Finales de junio. Leí las notas de producción de Victor Lyndon: me dejaron sorprendido. Contento de que no sea mi trabajo. Una escena pide cuatro tapires entrenados.

Con esa nota, más o menos, regresé a Ceylán después de una ausencia de más de un año, y después me reuní con Stanley en los estudios MGM de Boreham Woods, a quince millas al norte de Londres, en Agosto. Su imperio se había expandido, el departamento de arte trabajaba a todo vapor, y se construían sets impresionantes. Mi tiempo se dividía entre la interminable tarea de desarrollar ideas con Stanley, pulir la novela, y consultas diarias en el estudio.

- Agosto 25. De repente me dí cuenta de como debería terminar la novela: con Bowman parado junto a la nave extraterrestre.
- Octubre 1. Stanley telefoneó con otro final. Me dí cuenta de que dejé su tratamiento en su casa ayer en la noche. ¿Rechazo inconsciente?
- Octubre 3. Stanley en el teléfono, preocupado por el final... le dí mis ideas más recientes, y de pronto una de ellas hizo click. Bowman regresará a la infancia, y lo veremos al final como un bebé en órbita. Stanley llamó después muy entusiasmado. Espero que no sea un falso optimismo.
- Octubre 15. Stan decidió matar a toda la tripulación del Discovery dejando sólo a Bowman. Drástico pero correcto. Después de todo, Odiseo fue el único sobreviviente.
- Noviembre 10. Acompañé a Stanley y al equipo de diseño en un recorrido por los sets del la nave de la Tierra a la estación espacial. Comenté que la cabina parecía un restaurante chino. Stan dijo que eso mató instantáneamente el set para su gusto y pidió revisiones. Debo alejarme del Departamento de Arte por unos días.
- Noviembre 30. Fuí al Club Oxford y Cambridge con Roger Caras y Fred Ordway para encontrarme con el Dr. Louis Leakey y su hijo Richard. El Dr. Leakey es como lo había imaginado: lleno de entusiasmo e ideas. Piensa que el hombre se remonta al menos a cuatro o cinco millones de años de antigüedad. También me confesó que escribió una obra de teatro, una fantasía sobre el hombre primitivo que podría ser una buena película. Es sobre un grupo de antropólogos que son enviados al pasado por un brujo. Dije (rompiendo todas mis reglas) que me gustaría ver el guión, lo cual es cierto.

Esa Navidad de 1965 estabamos muy presionados y nadie salió de vacaciones. Stanley afrontaba una fecha de filmación inamovible. El enorme set del TMA-1, que contiene el monolito encontrado en la Luna, ha sido construido en los Estudios Shepperton, en el suroeste de Londres, y se tiene que desmontar en la primera semana de enero, para que pueda entrar otra producción. Stanley sólo tiene una semana para filmar el segundo encuentro crucial entre el Hombre y el Monolito.






MONOLITOS Y MANUSCRITOS
Todavía tengo la hoja de llamado del primer día de trabajo en Shepperton, el 29 de diciembre de 1965... Hay pocas formas de mostrar el trabajo atrás de cámaras que se plasma en cada fotograma de la película.

Mi bitácora da detalles:

- Diciembre 29, 1965. El set TMA-1 es inmenso -el foro es el segundo más grande de Europa y muy impresionante. Hay un hiyo inmenso enmedio con excavadoras y bulldozers alrededor. Casi cien técnicos se congregan a su alrededor. Pasé un rato con Stanley trabajando en el guión, de hecho, comimos juntos. También me encontré con los actores y me sentí el experto adecuado cuando hicieron preguntas de astronomía. Me quedé hasta las 4 pm. No se había filmado hasta entonces pero se acercaba el momento. Los trajes espaciales son bellos, y el TMA-1 es impresionante, aunque alguien rayó el terminado negro y Stanley se enojó cuando se lo señalé.

El monolito negro era un objeto muy difícil de iluminar y fotografiar, y la escena se hubiera echado a perder si se hubieran visto huellas digitales en su superficie antes de que las manos enguantadas de los astronautas la tocaran.


El famoso monolito, que ha causado tanta polémica y controversia, era el producto final de una considerable evolución. En el principio, el artefacto alienígena había sido un tetraedro negro, la forma más simple y fundamental de todos los sólidos regulares, formado por cuatro triángulos equiláteros. Era una forma que inspiraba todo tipo de especulaciones filosóficas y científicas (la cosmografía de Kepler, el átomo de carbón, las estructuras geodésicas de Fuller...) y el departamento de arte construyó modelos de varios tamaños que se colocaron en ambientes africanos y lunares. Pero de alguna forma nunca se veían bien, y también estaba latente el peligro de que provocaran asociaciones irrelevantes con las pirámides egipcias.

Por un tiempo, Stanley consideró usar un cubo translúcido, pero fue imposible hacer uno del tamaño requerido. Así que se conformó con la forma rectangular y obtuvo un bloque de tres toneladas de lucita. Desafortunadamente, también se veía falso, así que fue desterrado a una esquina del foro y un bloque negro lo substituyó. Yo seguí frenéticamente -y en ocasiones anticipé- todos estos cambios en mi máquina de escribir, pero debo admitir que tenía un trabajo más fácil que el Departamento de Utilería.

Stanley completó la filmación antes del límite de una semana. El monolito fue cuidadosamente envuelto en algodón y lana y almacenado en un lugar seguro hasta que se le volviera a necesitar un año después, para la confrontación en la escena final del "hotel".

- Enero 8, 1966. Día prolífico. Tres mil palabras, incluyendo algunas de las mejores del libro. Me asusté cuando la computadora empezó a enloquecer, al estar solo con mi máquina eléctrica...
- Enero 16. Larga charla con Stan para resolver los puntos más importantes de la trama. Me fuí directo a trabajar y cuando me fuí a dormir sentí que casi completaba el primer borrador de la secuencia final. Creo que el fin está a la vista, pero ya he sentiso eso dos veces antes.
- Febrero 4. Vi una proyección de un demo que Stanley editó con algunas escenas, para darle a los ejecutivos del estudio una idea de lo que se está filmando. Usó Sueño de una noche de verano, de Mendelssohn para las escenas sin gravedad, y la Sinfonía Antártica, de Vaughan Williams para las secuencias lunares y los efectos de la Puerta de las Estrellas, con resultados sorprendentes. Me convencí de que tenemos una obra maestra en las manos, si Stan puede mantener el paso.

Unos días después me escapé a Ceylán, pero no por mucho tiempo. Volé de Ceylán a Lawrence, Kansas, para participar en los festejos del Centenario de la Universidad de Kansas. Telegrafié a Stanley para decirle que iba a Londres para hacer los arreglos finales para la publicación de la novela. Contestó: "No te molestes, no está lista todavía". Respondí que iba a ir de todas maneras y lo hice.


- Abril 19. Primer día en el estudio. Vi la filmación de la centrifuga. Un espectáculo portentoso acompañado por ruidos aterrorizantes y explosiones de focos de cuarzo. Stanley vino durante un intermedio y el sacó el tema de la fecha de publicación. Al cuestionarlo, juró que no quería retener la novela hasta el estreno de la película. Explicó que el estreno general no se daría hasta finales de 1967 o quizás 1968, lo que nos daría más tiempo.

A finales de mayo viajé a los Estados Unidos para ayudar en la promoción de la película, e hice lo mejor que pude para calmar a los ejecutivos de MGM. También hice mi primera visita a Cabo Kennedy, en un pequeño tour VIP encabezado por James Webb, administrador de la NASA, para ver el lanzamiento del Geminis IX.

Al mes siguiente estaba en Londres; traté de convencer a Stanley de que la novela estaba lista y podía salir al mercado. Durante una de mis argumentaciones más frenéticas dijo: "Las cosas nunca están tan mal como parecen", pero no estaba de humor para estar de acuerdo.

La actitud de Stanley era de que quería trabajar más en el manuscrito y no tenía el tiempo por la presión en el estudio. La presión era sobrecogedora y me sorprendía su habilidad para manejar una docena de crisis simultáneas, cualquiera de las cuales podía costar medio millón de dólares. No es gratuito que le fascine Napoleón. Pero sostuve que yo era el escritor y que debía confiar en mi juicio; ¿qué diría él si yo quisiera editar el film?

Al final llegamos a un compromiso, el de Stanley. Intentaría, durante tiempos libres en el baño o en su Rolls Royce, anotar las mejoras que quería en la novela. Con este acuerdo, Scott Meredith pudo firmar un excelente contrato con la editorial Delacorte Press.

Stanley fue fiel a su palabra. Todavía tengo un memorándum de nueve páginas de 37 párrafos, fechado el 18 de junio, que contiene varias observaciones lúcidas y, en ocasiones, vitriólicas:

9. ¿Gruñen los leopardos?
11. ¿Puede un leopardo arrastrar a un hombre?
14. Ya que el libro saldrá a la venta antes que la película (¡sic!), no veo porque no poner en el libro algo que se puede lograr en el film. Deseaba que el monolito fuera transparente como un cristal pero fue imposible. Me gustaría que el monolito fuera negro en la novela.
24. La escena siempre me ha parecido falsa. Serán salvados de la inanición pero nunca estarán contentos y con la piel lustrosa. Esto no ha ocurrido en 1966. Creo que un día el cubo debe desaparecer, y Moon Watcher y sus muchachos pasan cerca de un esqueleto de elefante que han visto muchas veces antes y, de pronto, se acercan a sus huesos. Empiezan a moverlos y toda la escena tiene un encanto mágico tanto en la novela como en el film, y de esta escena se acercan a otros animales con los que normalmente pastan, y matan a uno, etc.

Estos extractos pueden dar una falta impresión. Debo añadir que el memorándum contenía varios comentarios altamente favorables para mi que por modestia omito. De hecho, algunas veces Stanley se pasaba... Levantaba mi moral (que en ocasiones era necesario) al elogiar una parte de la novela; luego, en el curso de los días siguientes encontraba más y más fallas hasta que toda la sección se dejaba a un lado. Esto era parte de su incesante búsqueda de la perfección, lo que me hacia recordar la frase célebre: "Ninguna obra de arte se termina... sólo se abandona..."



Creo que estaba preparado para abandonar antes el barco, pero lo admiraba por su tenacidad, aunque a veces deseaba que no se enfocara en mí.

Las cosas llegaron a un clímax en el verano de 1966, como lo muestra mi bitácora:

- Julio 19. Casi todos los recuerdos de las semanas de trabajo en el Hotel Chelsea están borrados, y hay versiones del libro que aprenas puedo recordar. He perdido la cuenta (afortunadamente) de las revisiones y callejones sin salida. Es muy depresivo, sólo espero que el resultado final valga la pena.

La razón de esta depresión era entendible. Stanley se había rehusado a firmar el contrato, después de que Delacorte había hecho las galeras del libro y había anunciado su aparición en dos páginas pagadas en el Publisher's Weekly. Él arguyó que no estaba satisfecho con el manuscrito y quería trabajar más en él. Consideré escribirle al Dr. Leakey para que me diera el nombre de un buen brujo, y Scott Meredith compró algunos alfileres y cera. Delacorte Press contuvo las lágrimas y destruyó las galeras del libro. Siempre les agradecí su actitud en este problema y espero haberles dado un bestseller con mi Time Probe.

Que bueno que nadie soñó que pasarían aun dos años más para que el libro fuera finalmente publicado en el verano de 1968, por New American Library. A la larga todo salió bien, exactamente como Stanley había predicho.

Pero puedo pensar maneras más fáciles de ganarse la vida.



Traducción (Francisco Peña) de varios capítulos del libro:
Clarke, Arthur C. The Lost Worlds of 2001. The New American Library, Inc., New York. 1972. Sexta reimpresión (1978). pp. 17-18, 29-49.




2010: el año que hacemos contacto / 2010: the year we make contact, film de Peter Hyams.

The Odyssey File. Correos electrónicos entre Arthur C. Clarke y Peter Hyams durante la elaboración del guión de 2010.

2010: de la novela al guión, por Steven Jongeward.

2001: odisea del espacio /2001: a space odyssey, de Stanley Kubrick. Primera aproximación.

Arthur C. Clarke (1917 - 2008). In Memoriam.

Mundos perdidos de 2001. Libro de Arthur C. Clarke sobre la realización de 2001 (fragmentos).

Stanley Kubrick: Odisea del Cine. Ensayo de Gian Piero Brunetta.

2001: odisea del espacio, fracasa gloriosamente   y   Otra mirada a Odisea del Espacio, dos críticas (en contra y luego a favor), de Joseph Gelmis.